Hola de nuevo! Ya me tenéis por aquí otra vez y hoy vengo con una receta que hice para un encargo pero me pedisteis que publicase. Así que como lo prometido es deuda, aquí tenéis a la Red Velvet Cake.
Y como en todo este tiempo no he conseguido que os paséis al lado oscuro de los medidores americanos, os he hecho la conversión de los ingredientes a gramos.
Aunque no me rindo y espero que algún día le veáis las ventajas al otro sistema jajaja.
La receta es de mi adorada Martha Stewart, ya sabéis, que con ella nunca falla.
INGREDIENTES:
320 Gr. de Harina
32 Gr. de Cacao desgrasado
1 Cucharadita de Sal
300 Gr. de Azúcar
300 Gr. de Aceite de girasol
2 Huevos
1 Cucharadita de Esencia de vainilla
240 Gr. de Buttermilk
1 Cucharadita y media de Bicarbonato
2 Cucharaditas de Vinagre blanco
PREPARACIÓN:
Precalentamos el horno a 170 grados calor arriba y abajo.
En un bol mezclamos la harina, el cacao y la sal. Reservamos.
Batimos el azúcar junto con el aceite hasta que quede integrado. Añadimos los huevos de uno en uno y vamos batiendo hasta que se integren en la masa.
Agregamos el colorante y la esencia de vainilla y batimos bien.
Ahora es el momento de ir añadiendo la mezcla de harina, cacao y sal reservada. La añadimos en dos tandas alternando con el buttermilk, es decir, añadimos una parte de la mezcla de harina y otra de buttermilk y así hasta que se nos terminen. Batimos bien hasta conseguir una masa sin grumos.
En un bol pequeño mezclamos el vinagre con el bicarbonato, veréis que hace una reacción como efervescente. Cuando estén mezclados lo añadimos a la masa e incorporamos suavemente.
Engrasamos y enharinamos dos moldes de unos 20-22 cm de diámetro y vertemos la masa.
Horneamos a 170 grados calor arriba y abajo durante unos 30 minutos o hasta que al pincharlos con un palillo veamos que sale limpio.
INGREDIENTES CREAM CHEESE FROSTING:
150 Gr. de Mantequilla
150 Gr. de Queso tipo Philadelphia
300 Gr. de Azúcar glass
PREPARACIÓN:
Batimos la mantequilla hasta que esté cremosa, si la sacáis un ratito antes de la nevera os resultará más fácil. Una vez veamos que está cremosa añadimos el queso y batimos.
Es importante que el queso no tenga el típico suero o agua que a veces contiene.
Una vez veamos que la mantequilla y el queso están integrados y cremosos añadimos el azúcar y acabamos de batir hasta que no queden grumos y esté cremoso.
Y ya podemos rellenar y cubrir la tarta.
El Buttermilk lo podéis encontrar en algunas tiendas Lidl. Digo algunas porque en las que a mi me quedan cerca algunas veces no lo tienen. así que es cuestión de mirar. Si no lo encontráis lo podéis hacer casero. Ponéis la misma cantidad que aparece en la receta pero de leche y añadís unas gotas de limón. Veréis que al cabo de unos minutos la leche está como cortada. Ya tenéis butttermilk casero.
La receta es muy sencilla aunque algo elaborada. Pero queda deliciosa, así que os animo fervientemente a que la preparéis y flipéis con la textura tan tierna del bizcocho.
Y ya sabéis, que si tenéis alguna duda estaré encantada de ayudaros, me podéis dejar un comentario y os contestaré a la mayor brevedad posible.
Que aproveche y hasta la próxima receta!